La Degeneración de la Nación
Sobre la falta de uso de las matemáticas en la política pública
Las matemáticas tienen un enorme potencial adicional para su uso en diversas disciplinas y campos que han permanecido analfabetos matemáticamente, incluyendo el sector público. Al final, sus requisitos de retroalimentación para la optimización llevarán a la implementación de procesos de aprendizaje en instituciones que actualmente operan de manera arbitraria y llena de sesgos. El argumento de que no todos los resultados se pueden medir se basa en métodos de medición primitivos, que un conocimiento matemático más avanzado permitiría reemplazar, y ciertamente conduciría a un examen más riguroso de las políticas que hoy se basan principalmente en suposiciones infundadas
Por: Una disciplina con discalculia
Extrapolación de la política actual (fuente)
En la ciencia política y el sector público actual solo saben usar funciones lineales, como el número de votantes. Pero ¿qué hay del voto logarítmico o con factor raíz según la cantidad de dinero que aportas voluntariamente al estado? Un rico puede dar mucho dinero y comprar influencia pero con utilidad marginal decreciente. Así el estado ganaría impuestos, y por otro lado no se convertiría en controlado por los ricos. Todo lo que se necesita es encontrar la función apropiada, la pendiente adecuada. Y estamos atascados con una función muy subóptima porque nuestra aproximación es únicamente lineal.

Lo mismo ocurre con los impuestos no lineales (por ejemplo, el impuesto sobre la renta). ¿Por qué la carga fiscal es lineal, cuando está claro que no es la opción matemáticamente óptima? Se pueden hacer experimentos o aprendizaje automático y encontrar una función más óptima, o gradualmente deformarla y obtener retroalimentación, y cada año fiscal proporcionará retroalimentación según parámetros establecidos, y el aprendizaje será en línea (es decir, según los resultados pasados hasta ahora) y muy cauteloso. Y así se puede calibrar gradualmente y optimizar todas las funciones primitivas del estado y la sociedad.

Porque finalmente podemos pasar de las matemáticas de primaria a las de secundaria con el avance de la educación de la población. Y comenzar a incorporar gradualmente algoritmos cada vez más sofisticados, y así los ciudadanos también aprenderán a usar algoritmos cada vez más sofisticados, y la sofisticación de la sociedad aumentará maravillosamente. La ciencia política aún no ha comenzado a descubrir las matemáticas, y por eso la gente se queja de que no han usado las matemáticas desde la primaria, a pesar de sus capacidades. Cuanto más matemático sea el sector público, más elevado será el debate público sobre él, porque la mayoría entenderá que no entiende. Y así también el campo será expropiado del populismo al algoritmo. Que es el objetivo supremo de la política pública en el siglo XXI.
Filosofía del futuro