Lo Sublime Intelectual
Filosofía de la filosofía, que investiga lo sublime en la filosofía frente a lo mítico en la religión - desde una mirada sin sentimentalismos. La filosofía ha acumulado a lo largo de la historia muchos sentimentalismos y mitos que nos ocultan su verdadero modo de operar, así como el mito del artista nos oculta el proceso de creación del arte. Del amor a la sabiduría, la filosofía se transformó precisamente en temor a la sabiduría, y acumuló prestigio como la disciplina más elevada en el mundo del espíritu, equivalente a las matemáticas en las ciencias naturales. ¿Qué la convirtió en tal?
Por: Santo y Temible es Su Nombre
Solo en una iglesia sin techo se pueden ver los cielos
(Fuente)El filósofo no tiene control ni capacidad de invención de su filosofía, está atrapado en su pensamiento como todos, como todos los de su época o lugar. Lo que hace es clarificar y purificar y llegar a ese pensamiento en su forma más pura y esquelética, y exponerla. Es una actividad de consciencia, pero él no inventa el pensamiento, y eso es lo que no entendía antes. Por eso la sensación de profundidad, porque es como arqueología que limpia alrededor del esqueleto, y no como un escultor que talla un esqueleto. No es arte.
La filosofía es una profesión precisamente porque no es invención, sino que como en la literatura es decir explícitamente las cosas que nadie dice, poner lo que está debajo de la mesa sobre la mesa y exponer la forma de la mesa sobre la que todo descansa, exponerla en su arbitrariedad a pesar de que no es arbitraria porque no hay capacidad de inventar una mesa o liberarse de ella. Pero mostrar cómo lo no arbitrario en lo que estamos atrapados parece arbitrario, mostrar cómo lo más interno se ve desde fuera.
Por eso Wittgenstein tiene dos escuelas no porque fuera más sabio y cínico, sino porque estuvo activo en dos épocas y en dos continentes filosóficos, Alemania (en el subcontinente de Austria) e Inglaterra, así que en cada uno expuso, simplemente porque la gente vive más y viaja más en nuestros días. Y entonces cuando se exponen los fundamentos, las generaciones siguientes los ven, notan su arbitrariedad. Pero una época o lugar que no tiene filósofo simplemente cambia gradualmente y la forma de pensamiento se deriva y nadie recuerda ya el cambio y no hay ninguna evidencia y es muy difícil siquiera imaginar retrospectivamente cómo pensaban y percibían. Como períodos en arqueología de los que no quedaron hallazgos materiales y desaparecieron, por ejemplo las culturas nómadas.
Por eso la filosofía se parece más a la arqueología - arqueología del pensamiento que se expone a sí misma en tiempo real y así deja vestigios para las generaciones futuras, que siempre se asombran ante el pensamiento del pasado, que de repente tienen una puerta para entenderlo y cuán diferente es. No porque el filósofo fuera un genio o inventara el pensamiento de su época, sino porque lo documentó, y es el cambio lo que nos asombra. Precisamente porque percibimos diferente - entonces una percepción muy diferente es asombrosa.
Platón no inventó la sabiduría de Atenas sino que la documentó, y parece el más sabio debido al tiempo transcurrido y por lo tanto la distancia con él que ha crecido. Por eso cuanto más nos alejamos de él en el tiempo más grande es, como en arqueología donde los mismos vestigios se vuelven más y más grandes conforme pasa el tiempo y la misma estructura es mucho más impresionante de la edad de piedra que de la edad media, digamos. Y restos insignificantes de hace un millón de años son más impresionantes que un edificio enorme de hace mil años. El pasado crea la monumentalidad, porque la misma cosa del mismo tamaño se observa pero desde una distancia mayor de observación parece más grande. Y por eso las estructuras más sublimes están en el pasado.
He aquí, Maquiavelo era solo un político burócrata repugnante y vil, pero cuando se vio forzado a retirarse y exponer los fundamentos de su mundo se convirtió en un filósofo importante - filósofo de un mundo inmundo del que salió. Y al contrario, mundos importantes que no tuvieron un escritor importante o filósofo importante fueron olvidados y perdidos. Y he aquí que Maquiavelo da una clave para entender lo sublime, en que el gobernante debe despertar miedo pero no odio. Es decir lo sublime, lo que nos parece alto e incuestionable, debe despertar terror estético pero no repugnancia, porque Maquiavelo dice que el miedo es una emoción negativa que previene la acción, causa pasividad, mientras que el odio es una emoción negativa que causa acción positiva, activa. Y por eso el gobernante para mantener la estabilidad necesita miedo, y por eso los gobernantes construyen estructuras sublimes, pero no feas, y por eso la tendencia a la construcción monumental innecesaria a lo largo de toda la historia.
Por eso la cultura debe despertar el miedo de las masas mediante libros que no entienden, enormes, cuerpos de conocimiento inmensos, pero no mediante tonterías. La cultura americana no despierta reverencia en comparación con la europea, y por eso la plebe gobierna, mientras que en Rusia la dictadura tiene éxito gracias a los pesados Tolstoi y Dostoievski. Kafka es más judío que Proust porque escribió textos cortos que despiertan reverencia - los judíos despiertan reverencia en su brevedad. Esta es la paradoja judía, que Borges intentó imitar pero con demasiada consciencia, y Agnon logró un poco en algunos de sus relatos cortos. Por eso los judíos despiertan tanto odio como reverencia, y eso es el antisemitismo, porque aparentemente cualquiera puede escribir eso pero nadie puede.
La categoría estética más alta en el judaísmo no es lo sublime, sino lo mítico, hacia allí aspiran, incluso en la literatura hebrea, y se ve esto también en la diferencia entre la sinagoga - máquina del tiempo (eje que se extiende lo más atrás en el tiempo y lo más adelante hacia el futuro) frente a la iglesia - nave espacial (se extiende lo más alto hacia los cielos o lo más bajo hacia el infierno, eje que se extiende lo más lejos arriba abajo). Por eso el ideal estético del judaísmo es lo profundo y lo antiguo, llegar dentro del libro, estar dentro del texto fundacional. Mientras que el ideal occidental es la altura, y de ahí la alta cultura, y la aspiración a la superioridad. Y de ahí también la filosofía, desde los días de Sócrates, como superior a todas las formas de discurso y las lleva a la perplejidad - la acrópolis del espíritu (lo que oculta que es un sitio arqueológico).